viernes, octubre 25, 2013

Desde hace cuatro siglos escuchamos lo mismo, apunta Jose Joaquin Burgos.

Calles coloniales del centro
de la ciudad de Valencia,
cercanas a la Plaza Bolívar
en las cuales se inspiro
José Joaquín Burgos.
Encontrar esa profundidad de la vida, es el interés de José Joaquín Burgos, quien en sus clases extramuros, hacia ver, la compasión de la literatura y sus encantos a pesar del paso de los siglos. Veamos lo que nos ofrece Julio Rafael Silva Sanchez. "Algunas veces, al salir de clases (la ultima hora culminaba a las cinco en punto de la tarde y la tertulia continuaría en las calles), bajábamos por Camoruco Viejo para contemplar las arboledas, las viejas casonas y los deslumbrantes atardeceres valencianos en ameno coloquio de camaradas. Una venteada noche de marzo, con el poeta Burgos a la vanguardia, entraríamos al Teatro Imperio (porque el cine y la música son sus otras pasiones) para disfrutar el film Tirez sur le pianiste, de Francois Truffaut, basada en la novela de David Goodls y con la amable actuación de Charles Aznavour. Al salir, las deliciosas sodas con Granadina, compradas al ladito, en el bar de Pablo, refrescarian nuestras gargantas fatigadas y sedientas. Al final de la recorrería, al pie del monolito, en el centro de la Plaza Bolívar (con el fondo melodioso de aquel cuarteto de cuerdas -dos violines, viola y cello- que inventara Paul McCartney en Yesterday, deslizándose por las ventanas del restaurante Madrid). El poeta Burgos nos sorprende con estos versos, cuyo tono de serenidad tejía a nuestro alrededor sus visiones de sutil nostalgia y el esbozo de esa intimidad luminiscente que perennemente sera su compañera:... de bambú  / y palabras / que dicen / las mismas cosas / que se escuchaban hace cuatro siglos".

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