viernes, diciembre 04, 2015

Nada puede pasar, si no se ha soñado primero, afirmó la Rector de la Universidad José Antonio Páez



Rector Marlene Robles de Rodríguez.
Escribir es como soñar despiertos, como lo imaginó Julio Verne, y así en el tiempo todos sus sueños se hicieron realidad o están por cumplirse, bajo estas líneas, dejaremos para ustedes un análisis desarrollado, en el marco del Primer Consejo Regional de Escritores de Carabobo, por la Rector de la Universidad José Antonio Páez, Marlene Robles de Rodríguez, quien participó en el evento en representación de los nuevos miembros de la Asociación de Escritores de Venezuela, Capítulo Carabobo. Dijo la Rector  ''Habla la esperanza, de sueños, de futuro, porque no hay nada como un sueño para crear futuro. Y es que nada puede pasar si no se le ha soñado primero, soñar es una forma de proyectarse hacia el futuro y, lejos de ser la ilusa actitud de una persona alejada de la realidad, es la contundente afirmación de un hombre, de una mujer conciente de su pasado y de las promesas que este alberga para el futuro. Soñar, resulta un salto hacia el cumplimiento, de esas promesas, sin el cual se perdería la emoción de las posibilidades que embarga. Porque hoy al igual que ayer tenemos la necesidad de lograr grandes metas no solo actuando, sino también creyendo en ellas. Haciéndolas presentes en nuestro pensamiento y en ese deseo, ese anhelo de sueños e imaginación. Recordé que ya en el año 1921 Sir Bernard, resume la esencia de la acción de soñar, cuando expresa ¨Algunos hombres en las cosas como son y se preguntan ¿ Por que? Yo sueño cosas que nunca han sido y me pregunto  ¿ Por qué no? ¨. Sin lugar a dudas que George al plantearse estas interrogantes proclama un utopía la cual se ha de llegar a partir de la decisión de cada individuo de llevar a la realidad el productor sencillo de su imaginación; la de su soñar, despierto, de su voluntad probada en la acción, hasta concluir que la imaginación podría ser más importante, que el conocimiento, entendiendo que la imaginación es la que nos permite apuntar a aquellos que estamos por descubrir, por crear o por alcanzar. Sin importar nuestro nombre, nuestra condición social, porque la fuerza de la imaginación de todos y cada uno, es igual de importante, mientras nos quede vida a la cual asirnos, mientras tengamos voluntad siempre lista para actuar, en la certeza que un solo minuto de vacilación o duda puede desviar al hombre o a la mujer; si en ese minuto coincide la oportunidad.

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