El Amo y su Perro, y un descanso matutino.

El perro callejero y el mendigo disfrutan un descanso.

El amor que se desarrolla entre un perro y su amo, es de tal magnitud, que en el pasar del tiempo estas criatura que han sido conceptuada como los mejores amigos del hombre forman una unidad de entendimiento. Estos animales cumplen funciones de cubrir espacios dejados por  otros familiares u amigos en la vida diaria de ese hombre que vive solo y desamparado, siendo su aposento  algún recodo de un edificio, debajo de un puente o un banco de una plaza, la cual en muchas oportunidades usan con este dócil animal que no le abandona en ningún momento. Según los experto los perros no enjuician;  dan tan solo, un amor incondicional y se convierten en los mayores confidentes de su nueva familia, que puede ser un mendigo, quien comparte sus espacios en los momentos de mayor angustia o felicidad de estar juntos, jugar o dormir de noche o día, en un banco respirando el oxigeno de las reservas vegetales que todavía existen en el planeta Tierra, sin meditar en el que pasara  mañana. La gráfica recogida en una populosa urbanización  habla por si sola. El amo y su perro, no se inmutan por el transitar de la gente o la contaminación desprendida por el movimiento vehícular, en las cercanías de su cama fría y de concreto. Ellos disfrutan un feliz descanso matutino.