martes, marzo 13, 2012

Reactores nucleares estallaron en Japon, por ambiciones del ser humano.

Protesta antinuclear se han
extendido en la Aldea Global
Cuando la razón se aparta de la responsabilidad, el principio de un buen proceder, y la ambición supera todos los extremos de conducta, viciado por  interés personal en lo  económicos o de otra índole, ocurren tragedias como las desarrolladas en Japón en el mes de marzo del año  2011. Tres hechos consecutivos iniciados en principio por un terremoto de 9 grados en la escala de Ricther, cerca de la costa, desato un tsunami cuyo efecto devastador no solo colmo la perdida de veinticinco mil vidas, y miles de millones de yenes, en propiedades. También provocó el desplazamiento de una inmensa masa humana. Por último, el tsunami impulso lo que ya había sido pronosticado, un desastre nuclear que posiblemente afectara a varias generaciones de asiáticos, como también a miles de personas ubicadas en tierras mas lejanas. El alerta del tsunami   lo hizo en el año 2004, un profesor de la Universidad de Tokio, Kunihiko Shimazabi, quien señalo con apoyo técnico del posible desastre que se avecinaba. Sugirió, además, que se tomaran los correctivos necesarios para proteger a las plantas de energía nuclear,  en    el caso de un posible tsunami. La reacción insólita, de esos que se apartaron de la lógica, fue una respuesta totalmente alejada, acerca de los planteamiento de este profesor "Shimazabi usted no ha sido contratado para criticar las decisiones de los ejecutivos de Tepco,  es su responsabilidad  aprobar el funcionamiento de los reactores, y no para crear dudas". Allí, reside el desastre nuclear, al no escuchar a este científico.




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