Reverendo Martín Luther King |
En la historia contemporánea, en los Estado Unidos de América, esta inscripto uno de los hechos mas importante de su acontecer como ha sido la llegada a la presidencia de esa nación de un hombre de color, Barack Obama quien ha demostrado una gran capacidad, e ingenio, en el desarrollo de su gestión que le ha permitido abrir un contrapeso a toda dificultad que ha tenido que enfrentar en el aspecto económico, y en la imagen de esa nación a nivel mundial. Éxito, aceptado por el pueblo estadounidense al reelegirlo este 2012. Pero, el arribo de Obama, a la Oficina Oval de la Casa Blanca, no ha sido solo una tarea que el se propuso, sino un conjunto de hechos anteriores que configuraron la alfombra para que esto cristalizara. Cumpliendo un sueño del Reverendo Martín Luther King, quien lucho en un mundo de adversidad hasta regular las relaciones de los ciudadanos estadounidenses, sin importar el color de su piel. El 15 de enero se cumplen 83 años del nacimiento de este ilustre luchador. En homenaje a sus desvelos traemos párrafos de uno de los discursos, que conmovió a todos sus compatriotas de tez blanca o negra. La exposición de sus ideas las desarrollo en lo que se denomino "La marcha sobre Washington" que tuvo su epicentro al frente de la estatua del décimo dieciséis presidente, Abraham Lincol, quien proclamo, en el año 1863, el fin de la esclavitud en ese país. Discurso: "Yo tengo un sueño".
"Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmo la proclama de emancipación, este trascendental decreto significo un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una maldita injusticia. Llego como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra. Por eso hoy, hemos venido a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hoy hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagare del que todo estadounidense habría de ser heredero, este documento era la promesa de que todos los hombres, si a todos los hombres negros y también a todos los hombres blancos, se les garantizaría los inalienables derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad."