Los lectores han cedido, al necesario silencio para la lectura.

La era de la Internet ha creado un bullicio
 silencioso, aseguro la rector Jessy  Divo.

Niños estudian textos a través
del Internet.

La naturaleza del libro, es: lenta, mesurada y  sugestiva.

Valencia, Venezuela, se lleno de luz intelectual global, al inaugurar el sábado veinte de octubre del año 2012, la Décima Tercera Feria Internacional del Libro de  la Universidad de Carabobo, Filuc. La Feria de ese año, fue bautizada con  el nombre de  "El Lugar del Lector". En la exposición de presentación de la Feria, la Rector de UC. Jessy Divo, evaluó la interferencia que pueden originar los nuevos instrumentos de investigación, educación y lectura, a través  del Internet que de alguna forma constituyen oposición a la naturaleza original del libro: lenta, mesurada y sugestiva. El lector, según Divo, oscila entre la perdida del conocimiento, en su doble sentido y un aparente beneficio en información. La Rector, indicó, que no es exagerado afirmar que padecemos de una fuerte intoxicación, que nos impide contenernos en la reflexión, en la introspección, en la valoración detenida de lo que adquirimos por medio de la información. La máxima autoridad de la UC, explicó, que los lectores han cedido demasiado, al necesario silencio para la lectura, concediendo un importante espacio al inmenso ruido del espacio digital. Al enfatizar en este punto, dijo "En estas circunstancias, el lector de hoy navega en turbulentas aguas, en cuyos vaivenes es difícil mantener una lectura saludable y terapéutica". Al continuar su valoración, expuso "Desde su posición privilegiada de internauta se ha convertido sin percibirlo en un canal mas que en un receptor, quien constantemente interrumpe su reflexión para sortear las sacudidas de la navegación en un medio como Internet, el cual esta lleno de lectores y vació de lecturas". Para finalizar su exposición, después de realizar otras observaciones, aseguró, que la XIII Feria Internacional del Libro de la UC, "resalta la presencia del lector como parte esencial de un proyecto social, que requiere, para alcanzar sus objetivos, recuperar el sosiego, la calma, su derecho a preservar los adecuados umbrales de intensidad que interrumpen y distraen sus sentidos". "Los libros nos convoca al prudente silencio, al sentido profundo de construir moradas en donde los sueños se encuentran con la realidad en equilibrio".